Se le ocurre pensar, aunque sepa que esta actividad la tiene médicamente proscrita, que quien ha perdido el sentido para el diccionario, el cual es como una naturaleza social de segundo orden (esto es, 1º la relación entre seres, 2º la comunicación), ése ha perdido la referencia, recorriendo el orden inverso: 1º la denotación de los objetos, 2º la posibilidad de vivir en sociedad. También: se empieza perdiendo el mundo mental y se acaba perdiendo el mundo social.
Puede que se haya alcanzado un tercer orden, invivible y propio de náufragos que tienen que empezar de cero: el de las palabras objetuales.
Si esto es así, si esta historia que me cuento tiene algún sentido, entonces es que la vida no consiste en el genoma descifrado, lo cual sería otra astucia de la racionalista y medrosa transparencia, sino algo más pero no mejor: insatisfacción, escisión, mal radical, etc.
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Pessoanamente madrugador y serio:
1º
2º
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Otros, que no somos tan madrugadores, porque la mañana nos ha cogido ya indecisos hasta para eso, contestamos emails acerca de pequeñas políticas (nuestra decaída y crucificada profesión), asuntos que no son universales como lo son los vicios del alma de Pavese, Pessoa, Rilke y los lectores. Aunque son problemas de un aristotélico ser en el mundo, que si somos seres prudentes haríamos bien en no despreciar del todo. Como el deber de no fumar.
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