El pensamiento ambiciona. La conciencia se compara.
El poeta añade a la cosa su lenguaje. La vida corriente efectúa la resta.
En el proyecto lingüístico, como un plus innecesariamente añadido a la realidad que una reflexión posterior disuelve, ¿no está ya dada una facticidad en la que ya no cabe regresión?
...
Al hilo de nada:
Los minutos caen como plomo ardiente al condenado. El espesor del tiempo -pulsando en cada herida, doliendo en cada borbotón- equivale a su vergüenza y fracaso.
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