11 de marzo de 2008

Preámbulos de la verdad

Hace falta, naturalmente, torturarse sistemáticamente, sin tregua. Ver en cualquier duda un obstáculo insalvable, ser tan negado (negador + negativo) como para quedarse en la actitud de esperar, de reconcentrar la angustia, la flojera. Al final de la senda hay pensamiento, impersonalmente considerado. Pero, ¿qué es un pensamiento deshuesado, que se ha hecho a fuerza de despersonalizarse? Aquí, como no hay carne, no puede haber amor. Se entienda como se quiera entender esto. Da igual. Y puede que la única verdad, después de todo el dolor, no sea más que esa nieve blanca, hecha a golpe de epíteto y de muerte, que deja a cada uno a solas, en medio del desolado lugar, con su finitud... sola.

No hay comentarios: