Por algún extraño motivo, sin que logre alcanzar ni más ni menos el sentido oculto, mis esfuerzos por comprender las líneas maestras del pensar cartesiano se ven sometidos a una doble frustración: a) la de no poder comprender, b) la incapacidad de pensar, en general.
Eso sí: una gran pereza embarga mi espíritu: la reflexión me da sueño---
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