26 de marzo de 2008

Moralidad/es

Todo gira en torno a los medios y las verdades:

Si el monstruo de Huelva (presunto) es un enfermo mental (esquizofrenia paranoide), como aparece en los medios, no se sabe muy bien cómo asimilar la contradicción, socialmente permitida, consistente en señalar que alguien tiene las obligaciones disminuidas (a causa de su enfermedad) pero, al mismo tiempo, dejar que sus derechos sean idénticos (a pesar de su enfermedad).

Habrá que pensar en zonas enteras de la episteme (psiquiatría) en las que la política ha arrasado con el sentido común. Luego se podrá salir del paso con magníficos parches jurídicos: como el del juez al condenar al presunto por abusos a su hija, determinando sabiamente que en el momento de cometer esos terribles actos no estaba afectado por la enfermedad y que, por tanto, sí era responsable. Mágicamente -podemos pensar- había dejado de ser fenómeno para convertirse en noúmeno... y poder volver algún día a la calle.

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