En el blog de J. Achotegui, Salud mental en tiempos difíciles, en el diario Público:
La pregunta fundamental que se formula Foucault, y hay que resaltar que la hace cuando aún es un joven estudiante que está finalizando su formación en el Hospital de Sainte Anne de París, difícilmente puede ser más clara e ir más dirigida a la raíz del tema que nos ocupa: “había seguido también estudios de psicopatología, una pretendida disciplina, que no enseñaba gran cosa. Entonces se me planteó la pregunta: cómo un saber tan escaso puede arrastrar tanto poder?”.
Lo siguiente lo sabemos también en Almería, aunque no llueva nunca, pero indudablemente no con la profundidad cuadrática de un prusiano-oriental:
Nuevos autores, como el filósofo coreano-alemán Byung-Chul Ham, plantean que estamos pasando de la sociedad disciplinaria a la sociedad del rendimiento (el paradigma del emprendedor, “yes, we can” ) y la sociedad de la autoexplotación, una sociedad en la que están surgiendo nuevas formas de biopolítica. Estamos transitando de la sociedad de los muros de los psiquiátricos y de las prisiones, a la sociedad de los gimnasios y los centros comerciales, en la que la depresión ocupa un espacio cada vez más relevante.
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