Vaya una soledad la de esos huesos, qué desarraigo, rodeados de rusos y aprisionados entre Polonia y Lituania, fuera de los límites de la Unión Europea. En manos de Putin y sus delirios, de su proyecto anti-ilustrado, con lo que amaba Kant los frutos de la Ilustración. (horrach)
Piadoso deseo, al que veo arrojándose de manera ejemplar los gobiernos, para instrucción de sus súbditos:
Y, más que nunca en estos tiempos, lean a Kant, háganse un favor. Caminen por el lado salvaje de la vida dándole unas caladas a la Crítica de la razón pura. Sapere aude, my friend. (Ibíd.)
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