16 de enero de 2013

Contextos

La gente camina en silencio por los pasillos. Se saluda, a veces sin decir nada. Normalmente hasta cabizbaja. Algunos canturrean. Se ven a veces enfermos paseando con el suero como escudero fiel, cogidos de algún brazo, intentando echar el tiempo fuera. Porque si hay algo infinito en un hospital es el tiempo. (detrasdelatiza)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hablamos del tiempo de los enfermos y acompañantes, pues el de los trabajadores es finito, a veces extremadamente finito, dejando aparte la guardias nocturnas donde si no hay mucho movimiento y no puedes dormir hay que recurrir a la a música, algo de lectura o un paseo por la red ( el eterno conflicto con los ritmos circadianos).
P.S. creo que el vínculo con el médico se produce. O a mí me lo parece o por lo menos me gustaría que lo pareciera o mejor dicho que existiera.