Que es lo que a mí me falta, y que si contara con me permitiría investigar en la vida, obra e ideas de Antonio Vallejo Nájera. Una biografía cualquier cosa menos vulgar: médico militar africanista, estancia en la Gran Guerra, reconocido a causa de sus méritos por belgas y franceses, formacion psiquiátrica en la Alemania weimariana, derechista durante la II República, al servicio del franquismo en los primeros momentos de la dictadura, y luego de los EE UU, prócer de la psiquiatría española y mundial, primer catedrático de la especialidad en España...
Me interesó siempre la imagen sanitaria al servicio del poder político, el arsenal de metáforas prestas para usarse. Podemos imaginar, a la inversa, que el discurso de la salud quiere hacerse praxis política... Invertir los órdenes...
No sé por qué me vino la idea asociada (las conexiones que encuentro mientras conduzco me abandonan cuando me pongo al teclado) de que las formas platónicas sirvan como figuraciones de lo material, de lo solar, lo Mediterráneo y la piel más superficial.
En cualquier caso, el psiquiatra militar de Franco merece una tesis doctoral que no sé si alguien se atreverá a escribir. Me imagino que la familia mandará al infierno a quien quiera bucear en los archivos del ilustre antepasado.
Como a La Aljambra no llega, normalmente, Le Monde Diplomatique, sigo sin poder leer el artículo que Antonio Palerm le dedica este mes.
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