En su opinión, la decisión de emplear o no una bomba como la de hidrógeno era responsabilidad de los políticos, no de los científicos. Pensaba que el científico no era "responsable de las leyes naturales. Su trabajo consiste en averiguar cómo operan estas leyes y encontrar la manera como estas leyes pueden servir a la voluntad del hombre. En cambio no es su tarea determinar si una bomba de hidrógeno debe construirse, ni cuándo o cómo debe usarse". (Sánchez Ron cita a Edward Teller, participante en el Proyecto Manhattan y en la construcción de la bomba de hidrógeno; Los mundos de la ciencia, Espasa, 2002, p. 234)
¿Esto no es una forma de falacia naturalista, en modo negativo? De lo que es, la física, deduce Teller lo que no debe el científico. Si se proscribe el paso es-debe, cabe pedir coherencia, y que la prohibición sirva tanto para las afirmaciones como para las negaciones. I. e., la idea de una falacia naturalista se muestra contradictoria. Ergo ECQ.
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