29 de enero de 2013

Prosopopeya

Existe una conjuración y concordia que no viene del talento, sino de la verdad y el respeto a los muertos. Está más allá de ideologías y triunfos. Intenta rescatar la voz de los que la han perdido o no la tuvieron. Dar voz lo mismo que otros dan comida a las víctimas de la crisis económica. Solamente tienen en común los conjurados un mínimo de decencia: -Mira, yo ahí, no.

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