Al decir Andrés que la vida, según Letamendi, es una función indeterminada entre la energía individual y el cosmos, y que esta función no puede ser más que suma, resta, multiplicación y división, y que no pudiendo ser suma, ni resta, ni división, tiene que ser multiplicación, uno de los amigos de Sañudo se echó a reír. (Pío Baroja, El árbol de la ciencia, 1ª parte, cap. 8; hay una referencia al asunto, que es por lo que he escrito yo lo de arriba, en Pretérito imperfecto, de C. C. del P.; el psiquiatra, igual que el médico y escrito, tuvo que escuchar la fórmula en la misma Facultad de San Carlos)
Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
22 de enero de 2013
Desencriptado
Quizás la función de probabilidad de
la vida inteligente en el universo sea lo mismo que el logaritmo de
la fórmula letamendiana, y que el producto de ese número por el
universo equivalga a la pregunta fundamental, y puede que a la
temperatura de la radiación cósmica de fondo de microondas con el
signo cambiado.
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