La entropía me suliveya.
Un alumno listo y malevo me pregunta por qué no damos filosofía (sic) en la clase de filosofía puesto que soy maestro de filosofía (resic). Le respondo, en el mismo tono, que porque no me gusta. No le aclaro que prefiero que hagan anodinos resúmenes, porque realmente pienso que así van a lograr mucho más que si hago de Sócrates (c´est un dire) a sueldo de la Junta.
(De elcafedeocata)
Cada vez tengo más claro que el valor de la filosofía está en su no valor, en su no servir para nada, y así no ser servil ni prima hermana de la ideología o directamente su hija. La filosofía es una actitud de crítica, de libertad y coraje, y si no te gusta eso, bon citoyen, vausté a la m*ierda. La filosofía la inventó Sócrates en un vis a vis continuado que le costó la pelleja. Podemos, después de él, querer profundizar en un área de experticia (dícese científicos), o transformarnos en cínicos, o en esta chicha ni limoná en la que yo me pongo, y que supongo que no libraría de caer acogido por la ley de vagos y maleantes del fan del brazo incorruto, o bajo las pragmáticas de aquel que fue gran alcalde de la villa y corte, que m´acuerdo quien fue y que no era Tierno Galván, introductor de Wittgenstein en Espagne y fotografiado de manera contingente con Susana Estrada (¿era Susana Estrada?; perdón si no).
La prensa audiovisual y de papel lleva todo el largo día dando la matraca con un experimentum crucis que va a poner a nuestra disposición el secreto de la creación del universo. Como si eso importara lo más mínimo. No sé qué me resulta más tierno, a mí que estoy hecho de pedernal, si la ignorancia de los agentes de la prensa acerca del sentido del bosón de Higgs (también conocido como "partícula de Dios", o de Andrés Iniesta), y que conste que yo sé del tema sobre poco más o menos que acerca de la emasculación de ranas macho con fines contraceptivos, o si lo más tendre es pensar, ya lo estoy pensando, colmillo retorcido, en que esta noticia inventada pasará esta misma noche a mejor vida, como ocurrió con el neutrino más veloz que el celebérrimo roedor mexicano.
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