11 de febrero de 2013

Platonismos

Ni una sola idea propia.

Los jerifaltes del 39 giraban en torno a los conceptos biológicos, igual que si se tratase de mariposas negras. Por una parte reniegan del maltusianismo y de la exhibición de instintos en los escenarios de la vida, como corresponde a sus ideales espiritualistas. Por otra, revelan una obsesión maniática en torno a figuras como la contaminación, la perversión, la degeneración, etc. En su desmedido afán por demonizar y extrañar al enemigo político. Los libros son para ellos los peores agentes patógenos que pueden envenenar el sano y católico organismo español.

Tienen la República de Platón como texto sospechoso e infame. Por la misma ignorante sinrazón que condenan al fuego la Enciclopedia de la carne. Que trata de gastronomía y no de erotismo. De la constitución: este título -para la obra del autor ateniense- habría sido también como mentarles la bicha a los fundadores. Pero Del Estado Nuevo habría sido un título adecuado para el texto platónico, además naturalmente de ser la denominación propuesta para su legitimación de la política nacida de la violencia.

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