Mira que yo le pongo voluntad y lo más que en mi caso se parece a la constancia (¿inercia?), pero impepinablemente me acaba deprimiendo el tema de los límites de la moral tal y como son rebasados en la práctica política e histórica...
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Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
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