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11 de noviembre de 2012
Filantropía
No debemos pensar que en el tránsito de la Ilustración al Romanticismo, un cambio que podemos datar más o menos convencionalmente hacia el año 1800, se perdieran los ideales que ocuparon a los mejores espíritus del siglo XVIII. Además de que puede demostrarse que en más de un caso el propio concepto de una razón emancipada contenía en sí los gérmenes de su corrección, cuando no de su negación, no debería despreciarse el aporte positivo que el alma romántica efectúa a unos valores en apariencia secos, por humanitarios que fueran, como los de libertad, igualdad, fraternidad. A través de sus desgarramientos, fisuras y quiebros la "razón pura" consigue transformarse, encarnarse, en "alma bella". El esquema adquiere calor, toma figuras. La PhdG debe escribirse después de la Krv, un cuarto de siglo después, una generación. Es aquí cuando emerge la personalidad de Juan (o Joan) Rosell. En efecto, con el presidente de la patronal española cobra una nueva dimensión, en verdad que desconocida, la venerable noción de filantropía, heredada de la Antigüedad grecolatina, convertida en obligación social hace nada (Ilustración) y en política social hace menos (políticas sociales de las democracias). En la entrevista concedida a El País, después de mencionar los consabidos tópicos del recetario económico, sobre lo que yo me declaro insolvente (aunque tengo clara mi opinión acerca de su bondad), don Juan mantiene una prudentísima postura acerca de la deriva soberanista independentista del virrey Arturo. Aclara el máximo responsable de la CEOE que el ideal empresarial es el de una Europa más allá de los estados nacionales. Me imagino que su ambición es mayor todavía, y que sueña con un mundo más allá de los estados. Donde al fin todos los ciudadanos sean iguales y las reglas de su Constitución (de este mundo transfronterizo, emancipado de las soberanías nacionales) permitan la administración de las cosas y de los hombres con la guía única de la productividad y la competitividad. Cosmopolitismo, filantropía.
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