A veces lo pienso, con toda la sinceridad te lo digo, que se tiene el ministro adecuado.
No merece la pena que te dé un yuyo por estas cosas, ni por nada.
Esta maldita inseguridad que tengo arraigada, en mis pensamientos, acerca de mis pensamientos, me vuelve incapaz, por sistema, de defender mi oficio, de ser un buen y esforzado abogado de mi propia causa.
1 comentario:
Yo tamién lo pienso. Por cierto, reconozco su habilidad organizativa. Chapeau!
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