Cuánta extrañeza nos produce que nos saquen de nuestras casillas! Cae una llovizna intermitente que acelera los pasos de la gente en las calles, las parejas conversan en los bares de comidas, un partido de fútbol se juega en alguna parte. El mundo en ocasiones suena como ruido, y somos incapaces de extraerle los versos a la lluvia en la ciudad encantada. (Foto A. R.)
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