28 de abril de 2012

Lenguaje y sujeto

Cada vez me resulta más difícil entender lo que dicen o escriben. Me pasa hasta con lo que me escucho o leo de mí mismo. El lenguaje no es relación, sino sustancia en toda su opacidad.

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Bartleby no llega a decir "Preferiría no hablar". Hacía falta la vuelta del siglo para que la inacción se transformase en renuncia al logos.

No llega a decirlo... ¿o sí?

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Entre la palabra y la acción se encuentran sutiles eslabones. Cuentas ensartadas por el mal.

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Entre la palabra y mi recuerdo se interpone la confusión.

Si aquello, tal como está dicho, no fuera tan ramplón o tan vago, si yo supiera unir la claridad a la profundidad...

Tautologías en suma: si tuviera un millón sería millonario.

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