El coqueteo con un sentido estético de la existencia acaba en el nazismo; solamente en el mundo cristiano cabe la fealdad. La valoración nietzscheana no andaba descentrada al establecer esta polaridad reductiva de la mora; esto es, que lo bueno/malo se fundamentan en lo bello/feo. En la apariencia antes que en la conciencia y las buenas intenciones.
Intento escuchar las conversaciones de los comensales de al lado, no por ninguna curiosidad, sino por anotarlo en el Diario. No me entero nada más que de que algo vale 10 ers. más que otra cosa.
El logos resuena cálidamente cuando psique y nomos son uno. (Lo cual no parece ser mi caso, según voy viendo.)
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