En El país de hoy vienen las siguientes palabras de Manuel Cruz* ("La vida no es una escuela de negocios"):
"Nunca se nos quiso tan individualistas y tan competitivos. Nunca mordimos tanto por tan poco", declaraba recientemente el filósofo francés Gilles Lipovetsky. Pues bien, tal vez incluso esa descripción, certera hasta hace bien poco, haya empezado a quedar obsoleta. Hoy toca morder por nada. O quizá sea más exacto decir que no hay nada que morder.Pero morder por nada debe ser algo así como, si no una definición, un condicionante básico del fascismo; y este último algo que resulta de una mirada del economista en un espejo demasiado socialdarwiniano, de azufre más que de azogue. Un liberaleconomista dirá que yo soy un ignorante. Sí, y él un pendejo. Hacia el final del texto lo que sugiere M. C. no me parece un volantazo, sino antes bien un cheers a Helios calientamundos. ¿Democracia económica? ¿All power to the Soviets revisited?
*Catedrático de Filosofía Contemporánea en la Univ. de Barcelona, lo que debe constituir un doble o triple oxímoron, cuanto menos. 1º La filosofía nunca es propiamente del tiempo. 2º Menos aún de este tiempo, 3º ¿Quién puede sentar cátedra en estas materias perennes?
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