6 de diciembre de 2011

El mejor de los mundos reiterado

En esa pervertida mixtura de necedad y ambición en que debió consistir la historia de la inquisición somos capaces de proyectar los mismos caracteres que ahora cifran su régimen de verdad en las ideologías políticas. Y a la inversa. El gran inquisidor de Dostoievski, capaz de trasladar su voluntad de verdad (es un decir) al cuerpo de Dios revivido, exhibe en inolvidable ficción esta constancia del mal, del pecado que hilvana la lógica del cerebro al deseo de dañar.

No hay comentarios: