… e intenta darle así un sentido a su humilde y escéptico vivir/pasar.
Ese mismo hombre (comprenderéis que hablo de mí) se acordaba de la cita de Heráclito acerca del castigo a los insolentes ("Conviene más extinguir la insolencia que un incendio") cuando encontraba en el libro de texto (Hª de la fª de 2º de Bach.) una relación entre el niño de Nietzsche y el tiempo-niño de Heráclito (frg. 52 si no recuerdo mal: “El tiempo es un niño que juega con los dados; el reino es de un niño”).
Todo a cuenta de la inagotable felicidad que representa para mí volver a Nietzsche cada primavera. Y cuanto más viejo soy, más.
Ps. No me gusta a mí ser vago ni chapucero. El frg. sobre el tiempo-niño es, en efecto, el nº 52 en la ed. Diels-Kranz. Así figura en Mondolfo, Heráclito, p. 37. La traducción no es la misma que la que yo he puesto arriba entre paréntesis: en mi Mondolfo (7ª ed., 1983) se predica la niñez del evo (Aión). Por su parte, el frg. relativo a la insolencia es el nº 43. de todas maneras, lo de menos es la numeración y la filología en este asunto. Lo principal es la obligación de volver a Heráclito. Por oscuro. Por verdadero. Por esencial.
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