55 min. de rompepiernas, con un conato de pájara final incluido (el cansancio por el día de ayer, sin duda). Repito: Cuando he visto -de lejos, a siete u ocho kilómetros de distancia por lo menos, con una exacta perspectiva de la pendiente- el cuestarrón que me subí pienso en lo inconscientes que llegamos a ser. Que llego a ser.
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