29 de abril de 2011

Eran otros tiempos...

... durante largo tiempo la idea de reglamentar, de medir y por consiguiente de limitar el ejercicio indefinido del poder se buscó por el lado de la sabiduría de quien gobernara. Sabiduría, era la vieja respuesta. Sabiduría quiere decir gobernar según el orden de las cosa. Quiere decir gobernar según el conocimiento de las leyes humanas y divinas (...) En otras palabras, cuando se procuraba por entonces señalar en qué debía ser sabio el soberano, cuando se intentaba saber en qué debía consistir su sabiduría, en el fondo se intentaba ajustar el gobierno a la verdad. Verdad del texto religioso, verdad de la revelación, verdad del orden del mundo: ése debía ser el principio de reglamentación o, mejor, de ajuste del ejercicio del poder. (M. Foucault, Nacimiento de la biopolítica, Akal, 2009, p. 309)

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