La fundación
La escritura íntima, sin afán investigativo, es el refugio de la progresiva prostitución de la información, del aguijón académico, de la soledad artificial y objetiva de la ciencia. Los cerros sólo pueden relatarse en esta escritura familiar, que quiere más que gustar, rescatarse para uno mismo, simplemente ver que fue lo que rodeó al niño eterno atrapado en nuestra vejez creciente , lo que le tatuó el espíritu para siempre, el paisaje hegemónico, certificado, eternamente presente. (coctelmarx)
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