(Síndromes; tipos, nombres)
A veces me imagino esto como una condena olímpica, una especie de Sísifo de la escritura, alguien que quiere acabar de una vez por todas de escribir, pero que nunca consigue hacerlo del todo. El reverso de un Bartleby. Una escritura que no acaba de acabar, que siempre se repite, y que cada vez, a través de la repetición, se hace más profesional y más diestra, pero que va perdiendo el alma, las ganas, el espíritu. Así, con el tiempo se convierte en una escritura perfecta que casi llega a emanciparse del escritor, que acaba estando ya absolutamente abatido por el continuo repetirse del escribir. (nohalugar)
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