22 de abril de 2011

¿Qué (sí) significa libertad?

No pensar.

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Espeso, ligero cuando me dejo ir.

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Al pensamiento germánico le corresponde la ópera wagneriana; a la ausencia española de pensamiento, la zarzuela. Nietzsche solar.

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Arroja las palabras a la pantalla, a ver si se amigan.

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En el programa que grabé de Van Morrison se recoge la queja (algo así) de éste porque haya personas que quieran comunicarse con él a causa de una canción suya de hace mucho tiempo, que pretendan comunicarse con alguien que ya no es él. Eso ocurre siempre. Nuestros actos, conforme pasa el tiempo, nos desmienten sin guardar misericordia. Pero siempre nos quedará Rayuela y un París soñado. Y el otro lado de la historia.

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Me despierto de lo frívolo horrorizado: tengo nostalgia del lamento.

Tacho (mentalmente) lo anterior. Me doy cuenta de que he escrito algo terrible. Pues yo no tengo nostalgia de ningún lamento. Bastante he tenido ya. Si acaso, echo de menos los Ojos, los Labios, la Frente, las habitaciones de las que han huido despavoridos los Espejos, como males innecesarios.

Lo dejo, lo escrito, sin embargo, como testimonio de una tentación posible (no mía).

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