30 de abril de 2007

Experiencia

(Lenguaje)

Buscar el significado constituye una enfermedad de orden lingüístico: se rastrea la intención oculta detrás de todas las huellas de significación dejadas. La intención captada, un objeto para la intuición (transparencia inmediata), se da en el origen mismo de la era de los psicotécnicos, esa derivación "epocal" de la frenología: cada época tiene sus locos, y sus signos de inteligencia.

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¿Por qué no relacionar la normalidad del lenguaje, tal y como la establecen los filósofos de vanguardia, con el tratamiento médico-político de las patologías lingüísticas, que corresponde a los administradores de la cosa pública? Naturalmente la palabra ha sustituido a la razón de la que emanaba; sus clasificaciones retóricas y contestadas (pues siempre se puede seguir hablando, replicando) a las categorías de raigambre, incontestables. No obstante, los términos de la discusión siguen siendo los mismos, aunque ahora se pronuncien con la boca pequeña, entrecomillados (post, neo, etc.)...

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(Richard Overy, Dictadores)

Al aficionado lector de libros de historia le intrigan dos hechos (la impresión que dejan en su cerebro):

1. El aire de familia que tienen esas personas; no entre ellos, sino con nosotros mismos: tan dispuestos a repetirlos en sus maneras y en sus actos.

2. La dificultad de emitir un veredicto moral acerca de lo que se está leyendo (el discurso, un discurso): habría que imaginar la posibilidad de invertir la secuencia de los acontecimientos. Lo que sucede es que si esta posibilidad se realiza (en la mente, claro) esos mismos acontecimientos, ahora percibidos como libres, dejan de tener una explicación. Lo cual importa, ante todo, al filósofo prácticamente orientado, que ha tenido la intención de comprender, mínimamente, la raíz del mal.

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(Una tarde en el campo)

Contra el sol, la hierba alta brilla con un verde dorado, de vaivén: los niños lo ven por vez primera y lo rescatan los viejos que lo pierden.

/Escribíamos en piedra las impresiones, dejando fósiles de nuestra vida: habíamos dejado de creer en la resurrección./

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