Densidad de tráfico, insoportable... Salir a comprar una bombona de butano se convierte en una pequeña tortura, entre el caos de los coches, los peatones cruzando, la propia impaciencia por acabar el asunto cuanto antes mejor. Además, en ningún sitio se encuentra la bombona, hasta que aparecen de manera imprevista, con su belleza naranja, a cinco kilómetros de aquí.
El café, la caída de un viejo... Al abrir la puerta de cristal lo veo sentado en una silla, rodeado de varias personas. Están inquietas, y yo también al mirar la cara del hombre con la cabeza un poco ladeada, caída sobre el pecho, más muerto que vivo. Alguien ha llamado al médico o a la policía. Vuelve de repente en sí, abriendo los ojos y sin saber qué ha ocurrido. Intentamos cortarle la sangre que empieza a salirle por la cabeza, lo que no es fácil, pese a la buena calidad del papel de cocina que tenemos que emplear. Al cabo de unos minutos, que se hacen eternos, llega la ambulancia. Explicamos lo que ha pasado (estaba tomando un café, ha caído a plomo desde la barra, a todo lo largo de su cuerpo, hacia atrás) y lo subimos en la camilla como mejor podemos... Al irse la ambulancia, supongo que al hospital de H. O., el sonido de la sirena no me deja del todo tranquilo.
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(Periódicos)
1. Eduardo Hojman, "Elogio digital de la lentitud", en Abcd, 5 de marzo de 2007.
Comment: Una cosa va con la otra, la lentitud con la calidad, y a la inversa. (Pensemos en una de las mayores perversiones de la sociedad industrial: la reducción del espíritu a inteligencia, y la conversión de ésta en una cantidad medible. Es decir, lo que define la bondad de una inteligencia es su rendimiento inmediato; lo que a su vez da la calidad del individuo, transformable en salarios diferenciados. Se trata de una parodia del intelectualismo ético del maestro Sócrates -aunque no sé si el ateniense incluía su propia parodia, dada su vis irónica. Pero la rapidez no da muestras de ningún espíritu, sino de una estupidez contable; lo que no excluye su transformación histórica -a veces- en votos, en crimen.)
Creo que la defensa (¿tramposa?) del "largo ahora", en Internet, plantea una acomodación consumista del "nunc stans", del instante/permanencia/eternidad; es decir, una vuelta light a los absolutos: que no tienen su lugar en el medio electrónico. Así que quito las comillas: se trata de una defensa tramposa.
2. Miguel Sánchez-Ostiz, "Viajar para contarlo", en el mismo número del suplemento cultural de Abc.
Comment: A veces he pensado algo así, aunque me he terminado arrepintiendo. No debo juzgar acerca de lo que no conozco: nunca he viajado, realmente. Pero en la extensión turística, masiva, de la idea de viaje debe de existir un fondo de angustia que mueve a dejar el hogar por un tiempo, y a nosotros mismo en el hogar. Se viaja siendo otro.
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