El día ha amanecido, me he levantado a la una, realmente bonito: luminoso, cálido, con una brisa que no quema. La verdad es que vale la pena madrugar.
Intenciones: trabajar en el tema. Ayer no me porté mal, y me di cuenta de lo que me va a costar ponerme al día. No importa, así ordenaré mis lecturas. Dándoles un centro, por así decirlo. Habrá que seguir el consejo leibniziano, y no darle demasiadas vueltas a las cosas, a los problemas, a las obsesiones (!), y seguir también el consejo vilamatasiano: coleccionar las cosas que no se comprenden. No sé si recuerdo mal el origen de estos consejos.
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Elizondo me parece que decidió que sus Diarios no se editaran hasta veinte años después de su muerte, que fue en el 2006. La viuda anticipó algo del Diario en Letras libres, en 2008, apuntando además a una no lejana edición... ¿Estoy recordando mal?
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