Pavesiana

Resistir es lo que importa.

Lo d+ es humo,

tarde

o temprano.

O es que siempre lo fue.

***

Nada como el lenguaje burocrático (realmente embrutecedor) para resarcirme de este terrible sabor de boca (anímico, moral) con el que me he levantado.

Ningún día es como se previó, y hay infinitos días en cada uno, a cual más arrasador. ¿Por qué tuviste que escuchar eso? Quizás porque debías saberlo. Benditos lapsus, que te quitan de la tontería...

***

Pero nunca
es el mundo
tan terrible
como te figuras
un instante.
Pide lo que quieras,
a quien quieras,
sin esperanza
(tú no crees que..)
y sin temor...

... ¿cómo vas a tenerlo, si el sol inunda las plazas, si ningún niño conoce el miedo sino un eterno futuro? Si las terrazas están llenas, para que tú las contemples, aunque no te importaría ser un tiempo el comtemplado. Ningún miedo debe dejar que te abandones. A veces echas de menos que, igual que te deshacen las lágrimas de los demás, algunos advirtieran la potencia de tus lágrimas secas. No importa demasiado, si así tiene que ser, si así lo escribieron, muy improbablemente, los astros desde lo eterno o casi, 10-15.000 mill. de años y un rayo que llega a cada uno de nosotros: al contemplador de las noches oscuras, en el alma y ahí afuera, al contemplador que quisiera ser contemplado y que se muere por estar, un mísero instante (que los matemáticos llaman infinitésimo) tendido en la playa al sol, o jugando alrededor de la sombrilla si la impaciencia me gana, o comprobando que te puedes meter con imprudencia y alegría cada vez más lejos (recuerdas que no tienes temor y que siempre haces pie) en el agua de orilla de arenas blancas que está más allá de la curva del paseo. Oh, qué ardiente deseo, ser el contemplado, modesto, y más que modesto, pobre, que en silencio mira y acompaña con su vaso de vino de pobre la felicidad de esta tarde. Ser el contemplado, no el contemplador que escribe. Ser yo el mismo estando en otro sitio, entre lo que me duele. Pero ya se me fue el miedo...