A las intenciones de comunicar les pasa como al ligero Aquiles, que en su sueño no alcanza nunca a la tortuga, tanta es la dificultad o el infinito...
Incluso para uno mismo; imposibilidad de la autoconciencia, por mirar donde no se debe:
"En todo caso de ese Kafka podríamos formar una leyenda; toda su vida se ha roto la cabeza acerca de cuál es su aspecto, sin darse cuenta de que hay espejos." (W. B., ibíd.)
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