Hay infinitos días en cada día, y al cabo de cada uno una pequeña muerte. Yo no lo quería así, y seguro que no lo querré, pero si fuera de otra manera no valdría la pena leerme.
... y vale la pena leerme,
superar el primer rechazo,
conocer que podrías ser tú
este hombre moderadamente infeliz
que dice lo que piensa y lo que le pasa,
y que calla lo que de veras le duele...
Nunca se pierde,
si te alejas calle abajo
con la mirada descompuesta
o el cuerpo con prisa.
Nunca se gana,
cuando es otro,
el que se queda mirando,
calle arriba.
Las frases siguen resonando,
al abrigo de la necedad vana
de los seres.
Resguardadas de los años,
del agua que no alivia,
de las estaciones secas...
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