Es hermoso circular a medianoche por la carretera de la sierra iluminada por la luna (¿soy yo que llevo un coche o es un coche que me lleva?) si no fuera por un suceso terrible reciente, asociado a ella (qué día demoníaco debió ser!) que ahora recordar no quiero---
En un programa de una cadena pública de radio los tertulianos, muy bien educados y muy bien informados, recorren a los tópicos de la democracia real y más directa: listas abiertas, concejos libres, asambleas de “indignados” (como si la cosa más difícil no lo fuera la dignidad). Como última ratio de la moderenez renovadora se invoca la buena voluntad de los políticos dispùestos a declarar su patrimonio. Uno de los contertulios, L. A. de V., a pesar de su educación yo entiendo que dice ja. Yo no necesito decir ja, soy infinitamente más cínico que ellos.
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