Hay aquí una renuncia a la crítica, en todas estas tecnologías sociales de las que somos víctimas (cuando ellas querrían que las tomáramos por herederas de Platón, de sus sueños). Una aspiración a ver sin ser visto que le propina una buena patada a K. de K. (no K. de P., ni K. de C., los otros del trío).
Pero siempre te ven.
(La cita es de Habermas, El discurso filosófico de la modernidad.)
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