"Visualizó el paisaje inhumano de los hijos de piedra, y de los círculos monstruosos, que han encerrado a millones de criaturas en estos laberintos sin puertas ni ventanas, por donde deambulan, haciendo esfuerzos para sobrevivir con sus familias y no abismarse en una completa frustración. " (J. J. Ceba)
Yo, que soy seco y visceral (como un hijo casi del monte, amigo de ir buscando la zarza ardiente) no me resisto a la idea de pensar que la palabra piedra (tan mineral) podría sustituirse con ventaja por p y tres asteriscos, y así producirse una calificación moral de los hechos (señalando el valor de su fuente).
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Me he vuelto enemigo de la distinción entre uso y mención en el lenguaje.
Sobran las comillas...
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