O sea, vamos a ver... O es que el mundo está muy mal... Yo no puedo haber visto lo que he visto... sin embargo, palpo mi frente y no creo que tenga más de unas décimas, insuficientes para alucinar. No puedo haber visto a un hombre ya de edad escondiéndose detrás de la puerta trasera de su coche, a cincuenta metros o menos del mío, en bragas y panties, dejando algo en el asiento y poniéndose una falda ni muy larga ni muy corta, negra, ceñida. A continuación ha mirado brevemente alrededor (no sé si me ha visto a mí, que estaba dentro de mi coche) y se ha subido en el asiento del conductor y ha cerrado la puerta. Sí, era un hombre... O sea, vamos a ver... ¿Dónde está la cámara?
Ps. Pienso que la única explicación razonable es que el hombre tenía aspecto de ser súbdito inglés. Ergo raro. Característica espiritual que sabemos que no excluye la chifladura. Por cierto que me imagino la siguiente situación: que una pareja del Club Heineken del Duque de Ahumada detenga el vehículo de mi supuesto inglés y mire al interior y le mire las piernas. El mundo, el grande, el pequeño...
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