9 de marzo de 2014

Un texto en El Mundo, pendiente: ¿El final de los libros?

Este gran descubrimiento:
Se puede vivir sin textos escritos, perfectamente... Igual que no es posible vivir sin música, pasar por la tierra sin una melodía en la cabeza. George Steiner hace recuento de estas tres paradojas en'El silencio de los libros', un pequeño ensayo que ha editado Siruela en compañía de 'Ese vicio todavía impune' de Michel Crépu.
Y estotro :
¿Y los socialistas? «En Rusia», escribe Steiner, «los poetas futuristas y leninistas hicieron un llamamiento a la destrucción por el fuego de las bibliotecas». Piensen en Vladimir Maiakovski, con su esqueleto de boxeador, repasando en algunas de sus performances a los poetas rusos burgueses de la generación anterior, imitadores tristes de los simbolistas franceses: «Mierda, mierda, mierda...».Maiakovski tenía la soberbia de aquel que se creía el hombre nuevo y se sentía, además, cargado de toda la razón histórica de la Revolución.
Respecto a lo último, la denostada a veces sin razón socialdemocracia lo más que ha llegado ha sido a la promulgación exotérica ad nauseam del constructivismo psicopedagógico.

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