18 de marzo de 2014

Permezzo

Quizás mañana no, pero la siguiente frase, del apólogo final de Profesor Lazhar, una producción canadiense del año 2011, me parece ahora una frase perfecta, y por lo tanto y en el fondo víctima de mi insana envidia:
Por la mañana, apagado el incendio, el árbol aún se mantenía en pie pero con el corazón carbonizado, corroído por las llamas, corroído por el luto.  ("El árbol y la crisálida")
Destrozado, pero viviente, anidando ya en él la esperanza, aún sin saberlo. Terrible y hermoso, de una belleza indeseable. Incomprensible.

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