Si los sabios recomiendan cortar cabezas, el gobierno pasará por clemente, corrigiendo en parte el dictamen de tan desinteresados expertos, si ofrece al público pagador un mero corte de una de las manos. Grande es el hacedor del mundo que matiza la dureza de la ciencia con la dulzura del gobierno.
Vamos, como en Los viajes de Gulliver, que no te cortan la cabeza y te perdonan sacándote los ojos...
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