3 de julio de 2013

Platonismos


Almeriense, sí, y de Albox.

Existen, por lo menos, un par de leyendas acerca de mis paisanos: la primera, de signo espartano, dice que al nacer los arrojan contra la pared, a ver quién sobrevive, y que ese es el que vale. La segunda, consonante en cierto modo con la primera, sostiene que cuando los americanos llegaron a la Luna, supuestamente, ya se encontraba allí un albojense, un “alma de Dios”, vendiendo mecheros.

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