Rosa es una mujer de Astorga, fuerte, orgullosa y elegante. Le decían cajita de bombones cuando entró en Alianza Popular en 1983 en el despacho de Jorge Verstrynge. Ella me recuerda 30 años después, mientras almorzamos, que nunca soportó el rebaño, y más cuando el rebaño te puede arrollar. Ese miedo a la gente se conoce como enoclofobia y es lo que impulsó a Luis Bárcenas a levantar la voz al presidente del Gobierno. «Nunca», me dice Rosa, «he podido ir a un concierto donde hubiera aglomeración, la multitud me produce pánico». «Aquella mañana era la primera vez que declaraba. El peor día de mi vida. Me horrorizaba que me sacaran fotos» (R. del Pozo, en El Mundo)De Bárcenas no podremos negar su nobleza galante. Que no es poco. ‘Mariano, no puedo consentir que Rosa haga el paseíllo’
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28 de julio de 2013
Nietzscheana
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