Me gusta esta frase de Baricco

En la perfumada penumbra de sus escritorios, la burguesía propietaria reproducía, sin ensuciarse las manos, el que en aquella época era el trabajo agotador por excelencia: el del minero. (Los bárbaros, p. 142)

Porque soy almeriense, tierra históricamente minera, y porque me gusta Nietzsche y no sabía cómo conectar al autor con mi tierra. La música, entonces. Baricco escribe a partir del comentario de un cuadro de Ingres, de 1805: el retrato de un funcionario, Mr. Rivière. En la pintura figuran elementos tópicos para la construcción del alma burguesa (y Baricco sostiene que los burgueses crean el alma, qua forma profana de espiritualidad): libros, entre ellos Rousseau; una partitura de Mozart; la reproducción de un cuadro de Rafael.

Para hacerse una idea de la dureza del trabajo minero, M. León, a propósito del yacimiento aurífero de Rodalquilar, menciona que más del 50 % de los trabajadores morían de silicosis o tuberculosis, en las primeras décadas del siglo XX. Añádase que el método de cianuración empleado para depurar el oro, sin protecciones ningunas, provocaba una alta mortandad. (La mirada de Almería, pp. 244-247).