… en la entrevista reportaje a Jorge Semprún:
General ético:
La Gestapo lo sometió a la bañera, un método de tortura que aún anda en sus pesadillas y de lo que nunca ha escrito. "Es una experiencia terrible que durante años me impidió ir a piscinas donde fueran jóvenes amigos de las bromas, de las aguadillas… Esas bromas a mí me volvían literalmente loco. Una vez estaba yo en la piscina que Yves Montand y Simone Signoret tenían en Normandía; me lancé a la piscina, una de los jóvenes que había allí hizo esa broma y nadie entendió que yo respondiera con aquel furor. La única que lo entendió fue Simone Signoret. Ella estaba en una tumbona al lado de la piscina, vio la escena y solo horas después, ya en el salón, me dijo: 'Esa reacción tan brutal que has tenido en la piscina, ¿tiene algo que ver con la bañera de la Gestapo?'. Ella conocía muy bien las historias de la Resistencia, porque tenía muchos amigos que habían sido detenidos y torturados por la Gestapo. Y lo adivinó. Antes de la entrevista con Augstein, probablemente esa fue la única vez que hablé con cierto detalle de la experiencia de la bañera".
Particular histórico:
Le pregunto si ha cambiado su consideración hacia Carrillo. No hay titubeo. "Ha cambiado en el sentido de que es todavía peor que antes. Todavía peor que cuando él era dirigente y nos enfrentamos. Carrillo tiene un problema con la historia. Es un dirigente inteligente; hoy es un padre de la patria, pero tiene un bloqueo de la memoria total. Hay una época, desde 1944 hasta 1948, de la que él no quiere hablar. Es la época en la que él, con otros, con Uribe y con Pasionaria, reconquista el poder en el PCE. Reconquistan el poder en el partido a base de la eliminación física o política de todos los que han dirigido el partido. Esos son los tres años de los cuales no se puede hablar con Carrillo".
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