Mácula
El hombre idiota, el ente insulso, es aquél de la sonrisa diáfana, inocente; sin manchas. Ése es el ser abyecto, falaz y de espíritu opaco. La risa pura es la oscura, la que tizna el alma a cada carcajada, la que se alimenta del insufrible tedio y del más fiero sufrimiento.
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