Paolo Vasile cambia CNN+ por 'Gran Hermano'
Estoy de acuerdo con el buen pensamiento socialdemócrata: algo se pierde. Sin embargo, atento como estoy a interpretar el cinismo en clave cínica, a pesar de encontrarme perdido en uno de los remotos valles andaluces en los que nunca pasa nada (ni el tren de El milagro...), no sé si no debería más bien felicitarme (experimentar una insana alegría) porque se haya sustituido al fin la mentira de la verdad informativa al servicio de la opinión pública (ese conglomerado al que hemos convenido en denominar, olvidando cualquier pudor, "democracia") por esa verdad tonta del espectáculo canallesco (l´homme masse sourit). Al fin nos vamos a hacer conscientes de nuestra aproximación fatal, no al reino de los cielos en la tierra, sino a esa mezcla, que no sé si atreverme a llamar japonesa, de disciplina social ante los capitanes del capital, por una parte, y de satisfacción privada (aunque de casi todos) en la visión y participación en los espectáculos más denigrantes, por otra. Solamente nos faltan los norcoreanos de la bomba para recordarnos que somos mortales, malgrado nuestra tontería. Ah, me dicen que ya los tenemos, arriba y abajo.
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