Ignacio Carrión:
29/12/2010 Hace doce años
Hace doce años (parece ayer) murió mi padre.
Y a las 21.45 del 29 de diciembre de 1998 anoté estas frases en mi Diario:
“Mi padre ha muerto y me parece estar escribiendo la cosa más inaudita, la imposibilidad mayor que hubiera imaginado. No, no ha muerto, me digo, pero lo he visto: ha muerto.
Sé que con su muerte no dejaré de adentrarme en mi propia muerte. La muerte de mi conciencia. Mi total extinción.
(…) Acudí cuando ya estaba vestido como la noche de la cena de Nochebuena, con el único traje rayado y oscuro que tenía. El chaleco. La chaqueta. Calcetines con un pequeño remiendo en el pie izquierdo. El otro pie ligeramente torcido hacia fuera, quizá efecto de su hemiplejía.
Miré su rostro y tenía la boca desmesuradamente abierta , esa boca caída de pasmo, incredulidad, vejez. Boca por la que entra la muerte como una nube negra. Los ojos cerrados y hundidos”.
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