Wallace Stevens, abogado, ejecutivo de una compañía de seguros, tiene una imagen que difiere de la convencional del poeta: aventuras, excesos, vulnerador de normas, buscador de paraísos artificiales; rebeldía y malditismo aunados. Supo ser más un poeta escondido, que el también tópico escritor secreto. Su trabajo poético era riguroso y paciente.
¿De quién estamos tratando? ¿De un norteamericano de Nueva Inglaterra o de un judío centroeuropeo?
Todos aquellos autores que buscamos... ¿nos llevan a lo mismo? O quizás son ellos los que nos convocan, desde su imposible reino de impresentes.
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