Sustancia y sus accidentes (históricos)
¿Pero hoy quién habla de la voluntad? , no se le comprende y si se le hace solo se le entiende como subsidiaria de la libertad, ¡que vulgar error! , la voluntad casera de un concepto teológico -político. La voluntad es animal en tanto que no responde a nada, arrastra tanto a fenómenos como a noúmenos, es fuerza y por esto no se avasalla frente a conceptos políticos. No emprende ni progresa, si se le puede achacar algún fin, solo podríamos decir que quiere conservarse, es poderosamente sutil y básica, el sujeto, juguete de la modernidad, ha aplacado su bestialidad, quizás en unos años mas ya no se le reconozca. Y como el latín nos muestra que la voluntad es querer, se cree que ese querer está al servicio de algo que quiere , algo que somete ese querer, pero el querer es una fuerza al parecer superior de ese algo ficticio y gramático que se apodera de lo querido. El ser es querer. No hay Buda que impida este dolor. La gramática duele.
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